lunes, 20 de octubre de 2008

la evolucion historica de la moda en chile 2000



La década del Flash:Todo en los 80's era grande: peinados voluminosos , joyas grandes, grandes hombreras, gran dinero. Incluso el estilo impuesto era grandioso. Michael Jackson causo furor con las chaquetas de cuero rojo, pantalones de paracaídas y todo lo que tuviera cierres. La llamativa sensualidad de Madonna creo una devoción por los crucifijos, las cadenas de strass y pulseras de caucho. Lady Di, en la mas grande boda de la década, creo de nuevo el interés en el estilo romántico con muchos vuelos. "Dinastia" por otro lado, nos vendió grandes sombreros y hombreras.En las reuniones de mujeres, el poder era el que dominaba, con sus amplias hombreras, cinturas pequeñas, faldas rectas y altos tacones que tenían como efecto una agresiva feminidad.El traje Chanel revivido por la primera dama Nancy Reagan, ilustra la imagen ideal, conservadora y chic de la mujer ejecutiva.Al mismo tiempo, los jeans comenzaron a hacerse increíblemente mas comunes , siendo fabricados por diseñadores que les dieron otro nivel y estatus en la moda. Hacia el final de la década, el Jean seria pre-lavado con ácidos produciendo un efecto ingeniosamente decolorado y chic.El New Wave , los brazaletes de cuero, pulseras de cristales, el estilo punk utilizado por Billy Idol, el breakdance, Duran Duran, los zapatos Vans de cuadros, las hombreras y el look a lo Miami Vice, forman parte esencial de los 80's, años en los que en busca de un estilo propio, se valía todo.La individualidad:El principio de la década de los 90's, fue parecido a los 80's, continuaban utilizándose el maquillaje recargado y los pantalones al estilo M C Hammer al igual que los grandes peinados.
Esto cambio en el año 1993 cuando una pequeña banda llamada Nirvana, empezaba a sonar en las emisoras de radio logrando entrar en el top 40 del Bilboard y llegando al puesto N° 1, influenciando enormemente a los jóvenes de esa época con su forma de vestir, alterando dramáticamente la moda juvenil con lo que se llamo el "grunge look" caracterizado por sweaters o franelas muy largas y pantalones rotos, descocidos y deshilachados. Rápidamente los jóvenes se volcaron hacia los almacenes de ropa barata o de segunda mano en busca de ropa andrajosa, para poder vestirse "a lo Nirvana" y estar a la moda.El "grunge" fue eventualmente desplazado por el "hip hop" inspirado en los pantalones muy anchos o que quedaran grandes.En el año 1995 poco después del gran éxito que causara la serie de televisión "Friends" se puso muy de moda el corte de cabello a lo "Rachel" (Jennifer Aniston). En los 90's era el equivalente al de Farrah en los 70's. En 1998-99 se utilizaron los ganchos de mariposas para el cabello, pequeñas mariposas de plástico o metal fueron utilizadas por mujeres de todas las edades y para toda clase de eventos.Los Levi's, siendo una marca reconocidísima en el mundo del los jeans, en los 90's se adueñaron del mercado, para ser la marca mas utilizada.El "look underground" era otra cosa, se basaba en la modificación del cuerpo con cantidad de piercings y tatuajes influenciados por una encendida cultura de música alternativa y pensamientos progresistas. La moda se fue puliendo cada vez mas a medida que la década progresaba, de repente se fue convirtiendo en una mezcla de todo: El diminuto top que se llevaba en los 70's y que fue vendido en 1940 como ropa interior, esta ves es utilizado como una prenda mas en el vestuario femenino y el vestido de corte recto tan utilizado por Jackie O, estaba de moda de nuevo, pero esta vez en colores iridiscentes.Hoy en día podemos decir que la moda dio un vuelco de 180 grados en comparación con la de hace 100 años atrás. Ahora es ligera e individual, enormemente adaptable y para todos los gustos

la historia de la moda de los años 1990



El inicio de la década de los 90 coincide en Chile con el retorno a la democracia, que promueve una diversidad que también alcanza a la moda. Coexisten la antimoda, el look campesino, el clásico inglés, el tejano, el barroco, el tropical, el oriental, el glamoroso. Reaparecen en las revistas de moda los motivos y elementos autóctonos, abandonados desde los 70. En términos internacionales, esta época se caracteriza por buscar, sin éxito, una propuesta atractiva y comercialmente exitosa. En este intento, se recuperan estéticas de casi todas las décadas anteriores del siglo, además de las surgidas en la calle y algunas de los grandes diseñadores de la alta costura. Pero estas propuestas tienen una aceptación fugaz. La fragmentación y la heterogeneidad se imponen como inherentes a la postmodernidad.
Sin embargo hay ciertos ejes que configuran la moda de los noventa, tales como la fusión entre lo femenino y lo masculino, expresada, por ejemplo, en ternos a rayas acompañados por blusas de volantes o encajes, y la exhacerbación de la sexualidad, manifestada en vestidos ajustados, pieles sintéticas, estampados felinos, botas y calcetas sobrepasando las rodillas, retorno del cuero negro, minifalda y minivestidos, vinil, látex, lycra.
El minimalismo centrado en la pureza de la estructura del traje, se expande hacia el fin del siglo. Lo clásico se define ahora por la nobleza de los materiales y su carga tecnológica. Predomina el look monocromático incluso en cuanto a maquillaje. En oposición a esta tendencia, la moda apuesta finalmente por una hibridez asumida, cuyo atractivo radica en la fusión de elementos y materiales aparentemente incongruentes.El ecclecticismo, representado a nivel internacional por Lacroix, Galiano, Mc Queen y Gaultier, marca la moda del fin del siglo XX, que rápidamente está disponible en las vitrinas chilenas exhibiendo una variedad de estilos: hippie, techno, neorromántico, étnico, retro, fundidos en un mismo look.

evolucion de la moda en chile 1980



Lo más relevante de la década de los 80, que se caracteriza por el ecclecticismo y los rápidos cambios en la moda, es la construcción individual de un look personal que identifique al usuario. Lejos de buscar la naturalidad promovida en los 70, el look suele implicar una suerte de máscara que sirve para asumir un rol y un estatus en una sociedad desintegrada y sobreestimulada por la explosión del capitalismo y la adopción del neoliberalismo. El gran desarrollo del audiovisual, los video clip, y en general la proliferación de imágenes femeninas son el contexto de una moda que opera como disfraz. La vertiginosa sucesión de estilos de una temporada a otra, tiende a rescatar estéticas de épocas pasadas, desligadas de sus connotaciones conductuales o históricas. El acento está puesto en el aquí y el ahora, relevantes en el éxito social.
En Chile, los 80 traen una revitalización de la vida social, excepto durante la crisis de los años 82 y 83. Los ídolos y personajes populares se convierten en instaladores de modas. Lady Di impone su corte de pelo, las blusas con volantes, las mangas voluminosas, los lazos, que aparecen en las tiendas chilenas para la temporada del invierno 82. Minivestidos y minifaldas tableadas o con volantes, conviven con faldas amplias bajo la rodilla.
La propuesta japonesa es traducida en linos y algodones por el diseñador Atilio Andreoli. La ropa tiende a usarse cada vez más ancha, lo que facilita su confección en serie, estandarizandose las tallas en small, medium y large. Las hombreras adquieren gran importancia. Se consagra el tejido de punto en túnicas, polerones, vestidos de colores fuertes, lisos o estampados,faldas largas, sweaters y calzas. A partir del 87 se produce una revalorización del cuerpo femenino, con ropas más ajustadas y cortes más complejos. Para la noche se usan vestidos al tobillo al estilo de las estrellas de Hollywood. Escotes, brillos y corsés tipo strapless aportan glamour a las noches santiaguinas.
El jeans pasa por una época de oro, experimentando diversos procesos que lo convierten en objeto de moda y prenda preferida de los jóvenes. Los hay prelavados, nevados, estampados, gastados y oxidados, rasgados, adornados con encajes o tapacosturas. Se usan con zapatillas, bototos, polainas de colores fuertes, swaters dibujados, poleras y polerones. Los clásicos de fines de los ochenta son el traje pantalón, el traje dos piezas y el dos piezas estilo Channel, adornados con pasamanerías, ribetes de color y botones dorados.En Chile, la apertura económica, con el aumento de ropa importada y de influencias extranjeras, sumada a la aparición de la ropa usada y las telas por kilos ofrece una gran cantidad de opciones que permiten construirse un look con pocos recursos, que puede explicitar el rechazo al sistema y que se manifiesta en propuestas alternativas como el punk , el new wave y otras. Al iniciarse la década de los noventa, estos estilos alternativos se oficializan.
El resurgimiento de las grandes tiendas con sus sistemas de crédito potencian el consumo de modas. La instalación de los locales de ropa en los mall sentencia a muerte a los edificios caracol, símbolos de la modernidad de los años 70. En los mall hay mayores posibilidades de llegar a un amplio público. Se suman a estos espacios filiales de marcas de prestigio mundial, especialmente norteamericanas e italianas, algunas de las cuales fabrican en Chile parte de su producción. La alta costura nacional, representada por Rubén Campos, Luciano Brancoli, José Cardoch, Click y Carmen Gana, entre otros, se encuentra en un momento de auge. Sus casas, donde se conserva el antiguo sistema de la Maison d´Haute Couture, se ubican aún en el sector próximo a la avenida Providencia

historia de la moda de chile 1970



La década del '70 se inaugura en Chile con tres propuestas dominantes: El pop, como residuo de los años '60; el exotismo que recoge y la recicla la influencia del hippismo y el estilo retro que impone una vuelta al clasicismo de los años '30, y cuya primera expresión es el inento fallido por imponer la midi el año '70. Se insinúa un cierto funcionalismo en la moda juvenil, con el uso de jeans, casacas, camisas, poleras.
Sin embargo, los proyectos más interesantes de moda nacional se aglutinan en la llamada "moda latinoamericana" o "moda autóctona", liderada por Marco Correa, quien es el primero en elaborar una propuesta coherente que pretende diferenciarse de las tendencias europeas. La moda autóctona perdurá en forma residual hasta fines de los '70 y luego se identificará con el estilo artesa de los años '80, más bien contestatario. Su momento de mayor influencia ocurre entre 1969 y 1973, con el apoyo de los gobiernos de turno, formando parte del vestuario de las elites políticas y coincidiendo con sus discursos latinoamericanistas. Desde sus inicios, Correa se plantea recantando motivos y colores de las culturas precolombinas, dejando en claro, que su intención no es "disfrazar a las mujeres de indias". Argumenta que en Chile "cada uno tiene la preocupación de hacer resaltar que no es tan chileno como podría creerse porque sus antepasados- no importa cuan remotos-eran europeos".
En esta época se organiza un movimiento de defensa del diseño textil chileno, que se propone trabajar con referentes latinoamericanos, en la industria Yarur, intervenida por el Estado, se realiza un novedoso proyecto que toma motivos pascuenses y diaguitas para estamparlas en algodón corriente que se comercializa en e la temporada primavera verano 72-73. Lidera esta empresa Juan Enrique Concha quien plantea la siguiente pregunta:" ¿Por qué pagar royalties en el extranjero por estampados de flores y dibujos abstractos que nada significativo nos dicen a nosotros los chilenos, pudiendo explotar esta veta riquísima de diseños autóctonos?".
Favorecen la difusión de la moda autóctona iniciativas como la galería artesanal Cema Chile y el Plan Nacional de Artesanía. Aparece la colección de vestidos chilotes de Nelly Alarcón, quien fabrica túnicas a partir de telares chilotes de lana teñida con tintes vegetales, las que adorna con flecos, bordados, aplicaciones, ribetes a crochet y bolillas. Gracias a la intervención del entonces embajador en Francia, Pablo Neruda, en 1972 Alarcón presenta con gran éxito sus prendas en el Espace Cardin de París. Ante los principales editores de moda de diarios y revistas, el poeta presenta a la diseñadora como "la hija predilecta de Chiloé". María Inés Solimano es otro referente obligado del período, primero con su taller de ropa artesanal "Casa de la luna" y luego con la tienda Point, donde elabora conjuntos y vestidos tejidos a mano. Sus trajes de novia en algodón, lino natural o hilo de seda son muy valorados.
La liberación en la apariencia de la mujer chilena, ocurrida entre 1970 y 1973, se relaciona con diversos factores sociales, como la mayor presencia de la mujer en los espacios públicos y el surgimiento de una juventud que pretende romper con la cultura de sus padres. El pantalón y la minifalda se legitiman plenamente, siendo regulado su uso por las revistas de moda que marcan cierto recato. La escasez de materiales afecta la producción de vestuario, pero los usuarios se las arreglan con alternativas caseras para estar a la moda. Jeans bordados, túnicas de osnaburgo fabricadas con sacos harineros, minifaldas y petos hechos en casa, cinturones de arpillera, carteras de género, sweters hechos con restos de lanas, polleras de patchwork que aprovechan los retazos de tela, collares de mostacilla y zuecos artesanales representan a esta nueva moda.
El quiebre institucional tras el golpe militar, trae consigo un intento de reordenación, con la retirada de la minifalda y el pantalón. La falda larga aparece para las jóvenes mientras que para las mayores se propone el largo a la rodilla. Se promueve un estilo clásico y el uso de materiales más nobles y duraderos como la gamuza, la seda, las lanas, volviendo a la moda de los años 30. La revista Paula lo describe así: "Un salto de cuarenta años hacia atrás. Adiós al blue jeans, a la ropa funcional, al aspecto descuidado. Adiós a la moda de la mujer práctica. La moda del año 30 es ultra femenina, elaborada, difícil. Cambia la actitud franca por una llena de misterio. Descubre las piernas pero sólo debajo de la rodilla. Vuelven los escotes, el pelo corto, las joyas de fantasía, los sombreros, las pieles, los zapatos de taco alto y más delgado. En géneros, las gasas, las sedas y crepés. El accesorio número uno para la noche son las boas hechas de pluma de avestruz(…) Una moda que exige no sólo un cambio de vestuario, sino un cambio de actitud: los años 30 son femeneidad".
Pero esto no significa que no nazcan nuevas tendencias, que se alimentan del estilo hippie, como el folk. Francisco Delgado pone en escena el exotismo con sus prendas inspiradas en la India, hechas de telas teñidas. En el 76 reaparece el jeans con la llegada del codiciado Levi's fabricado en Argentina, promocionado en anuncios publicitarios como "la muerte en velero".
A fines de la década causa estragos la onda disco, con el estreno de la película "Fiebre de sábado por la noche" (1978) y la apertura de la Disco Hollywood, generando un tipo de vestuario que identifica al mundo juvenil. Jeans de raso, cinturones de elástico, sandalias de charol de colores, blusones y petos de lentejuela hacen furor, junto a todo lo que lleve la marca Fiorucci. La fiebre del jogging pone de moda el uso de buzos y zapatillas fuera del contexto deportivo.

la evolucion historica de la moda en chile 1960



A pesar de la hegemonía del patrón francés, en los '60 aparecen otros modelos para imitar. La moda italiana, versátil y de líneas limpias, es ampliamente difundida por la prensa de la época. Privilegia el tejido de punto por su adaptación al cuerpo. Los conjuntos de pollera y sweater, vestido y chaquetita, sweter y chaleco, son rápidamente aceptados en Chile. Vestidos de jersey de seda estampada son una alternativa informal y sofisticada.
Comienza a comercializarse en el país gran cantidad de ropa proveniente de Estados Unidos, fabricada en serie con fibras sintéticas: pantalones strechtc, blusas, vestidos, swaters. Esta ropa, de bajo costo, es accesible a un amplio público por lo que no cuenta con el favor de la gente elegante, que pretende distinguirse socialmente por su buen gusto, optando por la confección de vestidos hechos por costureras en casa y aprovechando la amplia oferta de la industria textil chilena en expansión.
Las tendencias más vanguardistas comienzan explicitarse a mitad de la década, con líneas geométricas, minifaldas , medias dibujadas, zapatos planos, botas a media pierna, pantalones estilo motonetista, vestidos rectos sobre la rodilla, telas con diseños op art y melenas que muestran un estereotio de mujer que muestra su cuerpo con menos pudor. Se empieza a instalar tímidamente el estilo futurista, relacionado con la llegada del hombre a la luna. Sin embargo, en Chile a pesar de haber información, la industria de la confección no alcanza a responder a las tendencias de la moda.
La última moda europea se produce en Chile en pequeña escala, en las boutiques, instaladas en la calle Providencia en el año '63, constituyéndose en el parámetro obligado en lo que a moda chilena se refiere, hasta los años '80, aunque su boom sólo dura hasta 1974, momento en que reaparece la figura del diseñador que dicta normas y se revitaliza en el país la alta costura más conservadora. Las boutiques chilenas se rigieron por el concepto de Pret a Porter, que implica producir en serie, pero pocas prendas por modelo, para responder a la exclusividad que interesa a las mujeres que lideran estas propuestas. Su éxito se relaciona con la aparición de revista Paula, que construye sus páginas de moda con material nacional, acelerando la profesionalización de los talleres de costura.
Entre el 63 y el 67, los Centros de Madres, promovidos por el estado, reunen a mujeres que aprenden oficios, entre ellos la confección, e ingresan al sistema productivo, haciendo ropas para diferentes estamentos estatales. Al mismo tiempo, las escuelas técnicas dependientes del Ministerio de Educación, capacitan a otro sector de mujeres en la producción de vestuario. Con esto se genera la mano de obra femenina que se emplea en los talleres de las boutiques.
La prenda que mayor ruptura produce, en la década de los '60, es la minifalda, mientras que el vestido igualmente corto, pero con ruedo, es menos criticado, probablemente por su semejanza con la salida de baño de principios de la década.A fines del '66 ya se habla en Chile de la minifalda, pero su uso se extenderá en la juventud en el '68, de la mano de un nuevo estereotipo social: la lolita. La película New Love, estrenada en ese año, tiene como protagonista a Josefina Ladrón de Guevara, una joven de 13 años calificada por revista Paula como "la más famosa de las lolitas". Este estereotipo será ampliamente promocionado en el programa Música Libre, de los años '70, siendo aún discutido. El bikini es otra prenda que provoca controversia. A pesar de su nacimiento en los años '40, en Chile hace su aparición recién en el '63, en las playas de Reñaca, provocando airadas reacciones del arzobispado porteño. Su masificación, en el '68, provoca un nuevo pronunciamiento de la iglesia católica, que, según se lee en la famosa revista, acusa las jovencitas de no considerar lo que sus "modas desvergonzadas" provocan en los hombres que las miran.
Desde el '67 las modas y se suceden vertiginosamente en Chile, pasando por varios estilos que van desde la moda romántica de encajes y volantes, hasta el estilo exótico oriental y polinésico, con sus túnicas y accesorios metálicos, pasando por la moda estilo Bonnie and Clyde, que actualiza las propuestas masculinizantes de los años 30, con el uso de boinas, impermeables y faldas a media pierna; la moda cosmonaútica, expresada en buzos de punto y jumpers de líneas geométricas, botas y grandes cinturones de cuero, además de la incorporación del plateado y dorado y tellas, accesorios y maquillajes; el estilo gitano, con telas de colores fuertes semi-transparentes, volantes y accesorios dorados; el estilo unisex, impuesto por Yves Saint Laurent, a partir de la incorporación del traje pantalón para las mujeres y el estilo autóctono, impulsado por creadores chilenos ligados a la artesanía.

evolucion de la moda en chile 1950

Con el fin de la guerra se vuelve a valorizar las curvas femeninas y el lujo. Con el protagonismo de Christian Dior y su New Look, la moda francesa renace para dictar la norma hasta mediados de los '60. La cintura de avispa se mantiene, pero las caderas se destacan más, con el uso de enormes faldas largas forradas y talles estrechamente modelados. Zapatos con taco aguja y anchos sombreros serán fundamentales en la construcción de esta nueva apariencia.
En Chile, el New Look se anuncia en el año 48 en un aviso de "Los Gobelinos", que desde la década anterior había exhibido algunos modelos de alta costura de Chanel, Lanvin, Rochas, Paquina. El New Look es definido como el estilo perfecto: sobrio, sutil y equilibrado. El Mercurio de la época, señala: "Es la línea que usted debe seguir en estos momentos. El último grito pero con las aleccionadoras experiencias del buen gusto tradicional". La publicidad de la faja avispa de la fábrica Salomé, aparecida en la prensa en el año '49 señala que esta prenda "no solamente devuelve a la silueta de la mujer el contorno delicado de la cintura... sino que modela el cuerpo y da al paso un aire elegante".El sostén sin breteles, para los vestidos de noche sin hombros, y la enagua new-look, contribuyen a estructurar la nueva silueta. El largo de las faldas, es variable, siempre bastante por debajo de la rodilla. En Chile, las voces autorizadas recomiendan no gastar demasiada tela en vestidos muy largos y alargar los vestidos que ya se tienen, en pro de la austeridad.
Hasta fines de los años '50 el New Look es la tendencia dominante que se entrecruza con una línea geometrizante, con exponentes como Givenchy, cuya manifestación más evidente será del traje sastre, uniforme obligado de las mujeres que trabajan. En 1953 comienzan a fabricarse en Chile los modelos de Dior gracias a la licencia obtenida por Los Gobelinos. Los desfiles Dior se suceden año a año, impactando la moda nacional hasta mediados de la década de los '60, cuando el estilo dictado por la moda francesa pierde influencia. Las tendencias surgidas en las calles, la influencia del mundo juvenil y las propuestas de la vanguardia londinense, instalan una nuevo orden.

la historia de la moda en chile 1940



La moda de los cuarenta refleja la estrechez económica y los problemas políticos de la Segunda Guerra Mundial. Las más importantes casas de moda europeas cierran sus puertas. La clientela de la moda en una Francia invadida por los nazis está compuesta por mujeres relacionadas con los oficiales alemanes. Las líneas generales del traje muestran una fuerte inspiración militar. Chaquetas cortas y estrechas y polleras con poco ruedo ahorran tela y costos del vestuario. Se anhela una cintura lo más angosta posible (cintura de avispa), la cual se logra con ejercicios y con el uso de fajas. Los cinturones hacen furor y se llevan en los más variados materiales. Los accesorios son imprescindibles para renovar las tenidas, ya que se dispone de pocas prendas combinables en tonos neutros. El rojo es el toque frívolo, que se usa en zapatos, cinturones y carteras para avivar un vestido sencillo, práctico y útil para cualquier ocasión. Un traje de lanilla negra con ribetes de satín es adecuado tanto para el día como para la noche. Se usan abrigos de lana, entallados en la cintura, algo más amplios en el ruedo, con solapas anchas.El escote en forma de corazón, los drapeados, los canesús y las hombreras caracterizan a los vestidos de cóctel, que se confeccionan en lanillas delgadas o jersey. El lujo se expresa en el uso de pieles y sombreros. Se usan boinas que dejan ver una parte del peinado. El pelo se lleva ondulado, suelto o una especie de moño largo.